Aunque los mayores de edad vinieron a finales de agosto, este domingo pasado llegaron los menores, que son la mayoría. Han venido muy contentos después de pasar las vacaciones con sus padres en los campamentos de refugiados saharauis al sur de Tindouf, como siempre con muchísimo calor.
Algunos tenían sentimientos encontrados, por lado pena por dejar a sus padres, abuelos y amigos y por otro mucha alegría por reencontrarse con sus familias de acogida y sus amigos de colegios e institutos.
Ha sido un largo verano ya que para regresar hemos tenido un problema añadido, que ha habido que cambiarles el pasaporte tradicional por otro biométrico. Como todos sabemos, estos chicos y chicas saharauis, además de ser refugiados, son apátridas y esto es un auténtico problema para viajar por este mundo con tantas medidas de seguridad. Viajan con pasaporte argelino porque ese país les ayuda en esta tarea de identificación.
Les damos la bienvenida y ahora toca incorporarse al curso que ya ha comenzado y estudiar a tope.